El centro

Gracias al Bachillerato científico de esta escuela pude desarrollar mi pasión por las Matemáticas y la Estadística, con ejercicios motivadores y el apoyo constante del profesorado. Además, me inculcaron unos valores, una disciplina y una motivación que resultaron esenciales en la Universidad.

Recuerdo el Bachillerato en la Pérez Iborra como unos años de crecimiento académico y, a la vez, personal. Me transmitieron que los logros eran el resultado de la constancia, perseverancia y pasión. Y así ha sido.

Podría decir muchísimas cosas que aprendí en el Bachillerato, pero hay dos fundamentales: la curiosidad y la visión transversal por adaptarme a los cambios.

Aún recuerdo subir las escaleras a las 8 de la mañana para empezar las clases de Bachillerato. Era duro pero no lo cambiaría por nada porque, visto con perspectiva, gracias al esfuerzo de aquellos años, ahora puedo dedicarme a mi pasión: la planificación de misiones espaciales.

Durante los años como alumno del Bachillerato Pérez Iborra aprendí que lo importante no es el destino, sino el viaje. Cada reto, cada fracaso y cada éxito me formaron como persona y me prepararon para el mundo real. Llevaré siempre conmigo los recuerdos, las amistades y las lecciones aprendidas.

Haber hecho Bachillerato en la escuela Pérez Iborra me ha permitido sacar el máximo provecho de mis capacidades y poder elegir la carrera que he querido hacer, desde pequeño.

Para una persona tan indecisa como yo, tener el acompañamiento adecuado en el Bachillerato y un entorno seguro, fueron claves a la hora de elegir qué quería ser en el  futuro.

Haber estudiado Bachillerato en Pérez Iborra ha sido un factor clave para mi futuro académico. Los profesores son buenísimos y se preocupan por los alumnos. Gracias al Bachillerato Pérez Iborra he tenido una base mucho más sólida que otros compañeros de Universidad, especialmente en Matemáticas ya la hora de trabajar en equipo.

Haber hecho el Bachillerato en la Pérez Iborra me permitió consolidar una base muy potente para hacer frente a los retos y objetivos que tenía por delante, como la Selectividad, la Universidad y las oposiciones. Al mismo tiempo, disfruté de un aprendizaje personalizado y orientado a potenciar mis fortalezas.

Lo que más destaco es el acompañamiento, guiado y muy cercano, de los profesionales de la escuela, además de la preparación académica y también a nivel de valores. Todo esto me ha permitido adaptarme a un mundo laboral competitivo, que pide mucha versatilidad y una capacidad de actualización constante.